Artículo de Andrea Rodríguez Valdés, RIPESS Europa

El sistema cis-heteropatriarcal, las jerarquías y las relaciones de poder y opresión que trae consigo, atraviesan todas las esferas de nuestras vidas, y están presentes incluso en espacios supuestamente antiautoritarios y liberados. Entendemos que estas violencias, por ser sistémicas, deben ser abordadas conjuntamente, y es necesario asumir colectivamente la responsabilidad de que no tengan cabida en nuestras organizaciones de Economía Social y Solidaria.

Es por eso que hemos decidido lanzar este protocolo para construir una política para un espacio libre de agresiones. Para nosotrxs un espacio seguro para todxs es aquel en el que las personas son libres de expresarse, relacionarse, convivir y actuar como quieran, cuando quieran y con quien quieran sin enfrentarse al riesgo de violencia o persecución por razón de género, raza/etnia, sexualidad, clase, identidad, estatus migratorio, origen geográfico, edad, religión, diversidad neurofuncional, etc.

Este documento, que pretende ser una herramienta de autodefensa individual y colectiva, engloba innumerables maneras para poder hacer efectivo ese espacio seguro y feminista. En él encontrarás un documento de autodiagnosis para organizaciones de ESS, preguntas dirigidas a nuestros equipos para poder empezar a reflexionar sobre quién hace las tareas reproductivas en nuestra organización, qué actividades de sensibilización se están realizando, qué peso se le da a los cuidados en nuestro entorno de trabajo etc.

Además de esto, desde RIPESS Europa también se ha validado crear una Comisión de Cuidados, un órgano que se encargue de promover el bienestar de lxs trabajadorxs asegurando la construcción de equipos de trabajo democráticos y cohesionados. Disponer de un espacio para compartir sentimientos, además de ser un movimiento contrahegemónico frente al carácter productivista, mercantilista y deshumanizado quepromueven las sociedades patriarcales, colonialistas y capitalistas en las que vivimos, permite crear proximidad y unión entre las personas. El hecho de compartir nuestras vulnerabilidades crea cohesión, y un sentimiento de solidaridad grupal que nos permite reparas nuestra autoestima, y aumenta nuestra capacidad de adaptación y defensa del entorno en el que vivimos. Saber que existe un espacio al que podemos recurrir en cualquier momento es sumamente estructurante desde el punto de vista psicológico y contrarresta el miedo y la lógica aislada e individualista que promueve el sistema.

Además, esta comisión se encargará también de llevar a cabo actividades puntuales de sensibilización, seguir revisando el protocolo, que por ahora está concebido como un documento dinámico que se irá adaptando a los tiempos, y de generar o compartir otros documentos de interés con el objetivo de ir creando una conciencia colectiva feminista y un espacio de cuidados en el entorno de trabajo.

No dudes en traducir el protocolo en sus respectivos idiomas!