Resumen del artículo :Et si les coopératives étaient l’avenir de la presse ?, por Pauline Porro, Ina Global, 30 de agosto 2018
Credito :
Ina. Illustration Martin Vidberg
La prensa está en crisis y está tratando de reinventar su modelo económico. El artículo proporciona una descripción general de los medios de prensa en Francia que han optado por el modelo cooperativo.
Entre las 35.047 tarjetas de prensa otorgadas en Francia en 2017, 32 serían compañías de prensa, 6 en Scic (sociedad cooperativa de interés colectivo) y 26 en Scop (sociedad cooperativa participativa) (incluidas agencias de noticias y publicación de diarios, publicaciones periódicas y revistas), es decir, 228 empleados.
En vista de su funcionamiento, que se basa en el intercambio de los medios de colecta de información, sobre todo a nivel internacional, la cooperativa es un estatuto adecuado para las agencias de noticias. Asi, Associated Press tiene un estatus cooperativo, como la agencia alemana Deutsche Presse-Agentur o Reuters hasta su salida a bolsa en 1984. Pero a diferencia de las agencias de noticias, donde la elección del estatuto de cooperativa se justifica por una cierta racionalidad económica, la elección de éste para un medio fuera de las agencias es más una cuestión de adecuación con sus valores, especialmente las de la ESS. Pero también puede ser el fruto de una historia: de hecho, al final de la Segunda Guerra Mundial, las cooperativas o Sapo (sociedad anónima con participación de los trabajadores) son numerosas dentro de la prensa resultante de la Resistencia.
El modelo cooperativo tiene repercusiones concretas. Por un lado,
– la fuerte participación de los equipos que se encuentran a la vez empleados y propietarios del capital;
– explica la capacidad de recuperación de estas empresas, que a menudo es más alta que el promedio nacional, mostrando una acumulación de reservas en años buenos y una gestión prudente, no contaminada por la búsqueda de ganancias a cualquier costo;
– la salvaguarda de puestos de trabajo en situaciones en que las llamadas empresas tradicionales recurren a despidos.
Sin embargo, cuando se necesitan grandes inversiones, – por ejemplo, para la transición digital–, el modelo cooperativo puede convertirse en una debilidad, especialmente en un entorno tan competitivo. Además existen numerosas dificultades planteadas por el montaje de la empresa, el formalismo y las demoras para resolver los problemas que pueden ser disuasivas para llevar a cabo un proyecto de este tipo. Actualmente se están explorando pistas de otros estatutos para garantizar a los empleados un lugar en los órganos de gobernanza y garantizar la independencia editorial, a la vez que compartiendo la filosofía de una sociedad cooperativa.