Los pequeños agricultores sostenibles deberían ocupar un lugar central en la política agrícola de la UE, según un nuevo documento de la Plataforma Nyeleni de Europa y Asia Central para la Soberanía Alimentaria[1]. La publicación, fuertemente documentada, se adelanta a una votación clave en la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo a principios de abril y representa la posición de una coalición paneuropea de agricultores, campesinos, pastores, pescadores, pueblos indígenas y organizaciones medioambientales con respecto a la Política Agrícola Común (PAC) de la UE.

El informe destaca la alarmante situación en las zonas rurales y en el sistema alimentario de la UE: Entre 2005 y 2016, el número de explotaciones agrícolas de menos de 50 hectáreas se redujo en un 29,4 %. Más de 4 millones de explotaciones desaparecieron en sólo 10 años. El aumento del número de trabajadores estacionales y, a menudo, de trabajadores migrantes, que sufren condiciones de trabajo y de vida espantosas. La contaminación vinculada a los agroquímicos sigue teniendo un impacto negativo en la salud pública: se encuentran residuos químicos en los alimentos, la escorrentía de nitratos y fósforo contamina el agua y el suelo. Los altos niveles de uso de antibióticos en la ganadería conducen a la resistencia a los antimicrobianos. Anualmente se generan alrededor de 88 millones de toneladas de residuos de alimentos, como resultado de la cadena alimentaria industrial. La PAC ha hecho que la UE dependa en gran medida de las importaciones baratas procedentes de regiones con normas medioambientales y sociales muy inferiores.

Stanka Becheva, defensor de la soberanía alimentaria de Amigos de la Tierra Europa, dijo: «Con el mundo enfrentando múltiples crisis ambientales y sociales, muchas de las cuales están directamente relacionadas con la forma en que nos alimentamos, los políticos de la UE necesitan escuchar a los pequeños agricultores sostenibles que pueden ayudar a solucionar la crisis climática y el colapso del mundo natural. Los sistemas alimentarios que crean proporcionan alimentos sanos, asequibles y locales para los consumidores, respetan la naturaleza y el clima y crean empleo seguro y digno».

Al presentar la parte del informe centrada en lo que se necesita de la PAC para que esta transición tenga éxito, Genevieve Savigny, agricultora y representante de la Coordinadora Europea Vía Campesina[2], afirma que «la PAC debe proporcionar a los pequeños productores sostenibles el apoyo político, económico y social adecuado que necesitan. Esto implica precios justos, estableciendo un tope para los pagos directos y una redistribución de la ayuda. Actualmente, menos del 2% de los beneficiarios de la PAC reciben el 30% del presupuesto total de pagos directos. Esto debe cambiar. Más dinero para el desarrollo rural y un enfoque colectivo de proyectos donde se promueve la agroecología campesina. ¿Y para nuestra juventud? El apoyo a los nuevos agricultores durante los primeros años de su actividad es esencial».

«Este informe también muestra los beneficios ambientales y sociales de las nuevas asociaciones locales entre productores y consumidores. Llega justo a tiempo para demostrar que un nuevo contrato social entre los productores de alimentos y las sociedades a las que alimentan es muy esperado y necesario», dice Judith Hitchman de URGENCI, la red internacional de movimientos de agricultura apoyada por la comunidad.

Descargue el informe (en inglés) aquí.