Por Josette Combes
Los comunes se han convertido en objeto de investigación y varias iniciativas se dedican a avanzar en su concepto y aplicación. Hemos recogido algunas contribuciones para destacar las preguntas y respuestas relacionadas con ellas.
Hay que recordar que la privatización de los espacios comunales en Gran Bretaña (los enclosures) es considerada por los economistas como el punto de partida de la economía liberal que condujo al empobrecimiento de lxs campesinxs que fueron despojadxs de los espacios que utilizaban para su supervivencia en beneficio de los propietarios que pastoreaban rebaños de ovejas para la industria lanera.
En 1968, Garrett Hardin, en un artículo titulado “The Tragedy of the Commons”, defendía el principio de la gestión obligatoria por parte del mercado o del Estado de los recursos, que si fueran gestionados por los individuos dejados a su libre albedrío, pronto resultarían insuficientes ya que “como ser racional, cada agricultor busca maximizar su ganancia”. “La ruina es el destino hacia el que se precipitan todos los hombres, cada uno en busca de su propio interés en una sociedad que cree en la libertad de los comunes. La libertad en la esfera de los comunes trae la ruina a todos”. Este es el postulado. Es irónico señalar que este razonamiento se aplica mucho mejor a la privatización en beneficio de uno solo, que engendrará una carrera por la competencia para acumular bienes y riqueza y multiplicará el nivel de depredación de los recursos.
En los años 90, Elinor Ostrom (galardonada con el Premio Nobel de Economía en 2009) propuso el análisis contrario, demostrando que los bienes comunes son mejor gestionados por las poblaciones que los cuidan, siempre que respeten 8 criterios esenciales: grupos con fronteras definidas;reglas de uso de los bienes comunes que responden a las especificidades y necesidades locales; capacidad de los individuos afectados para modificarlas; respeto de estas reglas por parte de las autoridades externas; control del respeto de las reglas por parte de la comunidad, que dispone de un sistema de sanciones graduadas; acceso a mecanismos de resolución de conflictos poco costosos; resolución de conflictos y actividades de gobernanza organizadas en estratos diferentes y superpuestos.
A partir de ahora, la cuestión de los comunes es fundamental para pensar en las estrategias para remediar los daños causados por los excesos de la desregulación liberal. Lxs ciudadanxs se están organizando para evitar que las zonas agrícolas, esenciales para la seguridad alimentaria, se conviertan en hormigón, para organizar la producción de energía en forma de cooperativa, para obligar a su municipio a recuperar el control de la distribución del agua bajo control ciudadano. Un número impresionante de investigadorxs y teóricxs están trabajando en la propia definición de lo que puede considerarse como común. En el sitio web de Remix the Commons se proporciona una lista.
Cabe destacar que el XVI Encuentro de la Red Interuniversitaria de Economía Social y Solidaria – Montpellier – 25/27 de mayo de 2016 reunió a un gran número de investigadores bajo el título
“Comunes” y economía social y solidaria. ¿Qué identidades y qué dinámicas comunes? Ver el documento de Carmen Parra.
Elisabetta Buccolo nos ha hecho un vídeo en el que resume su trabajo sobre la recuperación por parte del Estado italiano de los bienes mal habidos de la mafia italiana para redistribuirlos a cooperativas o asociaciones siempre que tengan un objetivo social probado. Esta estrategia se basa en una ley aprobada a tal efecto. La Comunidad Europea ha hecho recomendaciones para que este principio se generalice, pero todavía está muy poco asumido.
En Francia, la Coop des Communs se ha fijado como objetivo hacer comprender mejor el concepto y apoyar las iniciativas que les animen a “hacer un sistema”.
La red italiana RIES está muy implicada en la reflexión y la acción para sensibilizar a lxs ciudadanxs sobre el interés de desarrollar un enfoque por los comunes. Se le ha pedido que participe en la elaboración de una ley popular sobre comunes, en particular “sobre la dimensión económica y la gestión de los recursos compartidos”. »
También pueden descubrir la defensa de un salario digno y la declaración de la ONU que presenta la ESS “como un modelo de crecimiento alternativo destinado a lograr un nuevo equilibrio entre la eficiencia económica y la resiliencia social y medioambiental”.
Algunas buenas razones para ser optimistas a pesar de las circunstancias actuales si añadimos que el grupo de jóvenes de la ESS organizado por la RIPESS se reunió durante el Foro Social Mundial, reuniendo a unos treinta participantes motivados para comprometerse con el desarrollo de una economía solidaria. La nueva generación está llegando y eso es bueno. Informaremos más ampliamente en una próxima edición.