Liderazgos feministas en las Economías Sociales Solidarias: Claves para la transformación socioeconómica mediante la creación de nuevas id/entidades.
Documento colaborativo (REAS Euskadi, RIPESS Europa, RIPESS Intercontinental) – Intervención en el evento paralelo: Mujeres Líderes en la Economía Social de la Conferencia Europeo de Economía Social, San Sebastián, 14 de noviembre 2023.
Esta intervención quiere aportar elementos para el debate en el proceso de entender el impacto de la Economía Social Solidaria (ESS) en los procesos de igualdad desde una óptica interseccional y la importancia de los procesos sociales con perspectiva de género relacionados con la ESS sobre todo a la hora de abordar los desafíos de incidencia política y apoyo institucional.
Los aportes de esta intervención se enmarcan en el llamado de la conferencia a la acción para cumplir el potencial de los logros mayores de la Economía Social y que incluyen la adopción de la Resolución del 18 de abril del 2023 de las Naciones Unidas para la Promoción de la Economía Social y Solidaria y el Plan de Acción Europeo para la Economía Social, así como la necesidad de fortalecer la visibilidad de los modelos colectivos, democráticos y solidarios de estas entidades. La intervención se realiza en dos partes: la primera donde se quiere fundamentar los principales retos y desafíos desde un punto de vista epistemológico sobre el rol de las mujeres en la ESS, pero también para aportar elementos a la cuestión sobre cómo avanzar en la inclusión de género en la ESS; la segunda, sobre las contribuciones más significativas del avance de la inclusión de género desde diferentes entidades de la ESS que hacen parte de nuestra red como REAS Euskadi, REAS Estatal y RIPESS Europa y que han aportado valiosas contribuciones para la construcción de este documento de manera colaborativa.
Las entidades sociales y solidarias y las organizaciones de base comunitaria poseen características con un potencial considerable para ayudar a construir liderazgos feministas. Las mujeres suelen tener una mayor presencia en las organizaciones y empresas de ESS y han asumido funciones de liderazgo en asociaciones nacionales, regionales e internacionales – La ESS y el reto del desarrollo sostenible, Documento de posición de la UNTFSSE, 2014.
Dentro de esta línea, en las últimas décadas, han surgido diferentes voces y experiencias que van a fortalecer el feminismo como un movimiento de diversos grupos de personas que querían reestructurar la sociedad globalmente junto con principios de justicia económica, política y social, en lugar de simplemente como un movimiento de mujeres que buscan la igualdad socioeconómica con los hombres. ( B. Barua, 2023). Así, han crecido unos nuevos tipos de liderazgos feministas inclusivos, colaborativos, colectivos con una amplia mirada interseccional, esto es, que analizan las causas de la opresión y violencia, en este caso económica, desde diferentes realidades que parten de las discriminaciones frente a la raza, origen, género, edad, clase, etnia y que producen y alimentan procesos de precariedad y marginalización de las mujeres y las diversidades de género. Estos liderazgos feministas vienen con un fuerte cuestionamiento hacia la figura del poder como se ha construido hasta ahora, es decir desde la autoridad. El poder ejercido desde arriba hacia abajo—asociado con el crecimiento capitalista sin limites, propio del modelo hegemónico, patriarcal y capitalista.
La ESS tiene un potencial emancipatorio en su concepción que se ve alimentado cuando es atravesado por una óptica de género. Durante la conferencia sobre los Potenciales y Límites de la ESS, co-organizada entre la OIT y UNRISSD en el 2013 quedó claro que el término «Economía social y solidaria» se utiliza para referirse a una amplia gama de formas de producción e intercambio con criterios en común y objetivos económicos y sociales explícitos: reconectan la actividad económica con los valores éticos y la justicia social, apuntan a satisfacer las necesidades humanas, crean resiliencia, amplían las capacidades humanas, empoderan a las mujeres, fomentan la democracia en el lugar de trabajo y/o promueven formas de vida, producción y gobernabilidad cuidando tanto a las personas como al medio ambiente. Los valores y las relaciones asociados con la solidaridad, la cooperación, la reciprocidad y la justicia distributiva caracterizan típicamente a la ESS. El atractivo teórico de la ESS y su pertinencia para los esfuerzos contemporáneos por repensar el desarrollo radica precisamente en la forma en que se presta a abordar múltiples dimensiones del desarrollo. Fomenta simultáneamente el dinamismo económico, la protección social y ambiental y el empoderamiento sociopolítico – Conferencia: Potencial y limites de la ESS, UNRISSD y OIT, 2013.
El empleo en organizaciones de la ESS puede ser especialmente importante para las mujeres pobres que se enfrentan a la discriminación en el mercado laboral y a conflictos entre trabajo y familia. Las entidades y organizaciones de la ESS suelen facilitar la flexibilidad en la gestión del tiempo, ofreciendo oportunidades de trabajo remunerado que pueden gestionarse junto con las responsabilidades asociadas al trabajo de cuidados no remunerado. Además, gran parte del auge de las empresas de economía social se ha centrado en la prestación de cuidados y otros servicios. Ganar voz y capacidad de trabajo en red y de defensa también ha sido clave para la emancipación y el empoderamiento político de las mujeres, permitiéndoles renegociar las relaciones de género tradicionales y plantear demandas a instituciones externas – Bienestar de las mujeres y empoderamiento, La ESS y el reto del desarrollo sostenible, Documento de posición de la UNTFSSE, 2014.
Hoy en día, la ESS ha llegado a representar un desafío persistente para las economías capitalistas de todo el mundo. Se han ido desarrollando nuevas formas solidarias de ser en la economía y de hacer vida en la economía y se han difundido, creando nuevas prácticas e instituciones económicas. Estas nuevas formas de ser y de hacer economía han sido impulsadas por los movimientos de justicia social de finales del siglo XX, incluyendo feministas, antirracistas, indígenas, LGBTQI+, ambientalistas, obreros, campesinos y anti-globalización corporativa. (Matthaei, 2009) Desde el movimiento campesino, la perspectiva de la soberanía alimentaria y la alianza con el ecofeminismo, proponen la deconstrucción de la mirada patriarcal y capital desde varios enfoques y abordar desde una mirada critica las visiones antropocentrista, etnocentrista y androcentrista que han orientado la economía y la cultura e invisibilizado alternativas de procesos socio-ambientales. (Soler-Montiel, Perez Neira, 2013) Estos enfoques, estas miradas han sesgado históricamente las relaciones humanas y consecuentemente los modelos económicos dando paso a el modelo actual imperante basado en la explotación de la naturaleza, en la manera como se ejerce la autoridad y en la perspectiva colonialista. Desviar la mirada del antropocentrismo implica fijar más la acción en los efectos que nuestras economías tienen sobre la naturaleza y el planeta y establecen un límite al decrecimiento desmedido. La naturaleza es el asiento de una mirada que parte de una visión cosmogónica asociada a pacha mama, donde es la tierra y los bienes comunes y naturales, el agua, el aire, quienes nos dan la posibilidad de la vida siempre sobre unos límites que están al borde de la desaparición. La crítica al sesgo androcentrista realiza una validación de la experiencia femenina como vertiente epistemológica mediante el rescate de la voz femenina, o en todo caso, divergente del género masculino dominante. Esta visión nos ayuda a cuestionar los roles de género, por ejemplo la feminización del espacio doméstico y de los cuidados. Situar a la mujer en el hogar implica limitar su ámbito de desarrollo al igual que genera una desvalorización de las actividades que ellas desempeñan y las delegan a la precariedad en el ámbito laboral. Por otro lado, el etnocentrismo sitúa el modelo cultural occidental como superior a cualquier otro y con ello se soslayan conocimientos ancestrales campesinos e indígenas entre otros. La ESS como respuesta sistémica abordada con una perspectiva de género cuestionará sin lugar a dudas todas estas relaciones de poder. Sin embargo y es acá donde quiero hacer un especial énfasis sobre todo por el contexto que nos recoge en estos precisos momentos, la ESS construye un modelo de economía lejos de la violencia de género, cuyas raíces profundas están asociadas con los sesgos abordados. Estamos reconstruyendo los modelos económicos lejos de la violencia. La Economía social y solidaria como un proyecto de transformación social debe ir más allá del cuestionamiento de una forma de producción y distribución insostenibles desde el punto de vista socio-ambiental y apuntar a modificar la manera en que hasta ahora se han abordado las actividades económicas, considerando la perspectiva de género en la ESS para una transformación abarcadora.
Contribuciones de la ESS construida desde la óptica de género en el Estado Español y Europa
En esta segunda parte vamos a indicar algunas de las contribuciones que se han generado desde la ESS, sobre todo en el contexto de Euskadi, el Estado Español y en cierta medida en Europa cuando se aborda la óptica de género con sus alcances, sus retos y sus desafíos implícitos. En el año 2023, y por segundo año consecutivo no existe brecha salarial entre mujeres y hombres en las organizaciones de la ESS en Euskadi según los datos de REAS Euskadi. Además, se ha reducido la brecha en el acceso a puestos de responsabilidad y este es el segundo año en que hay un porcentaje mayor de mujeres trabajadoras en puestos de responsabilidad. Sin embargo, sigue existiendo una brecha en el acceso a los puestos políticos y aunque en número las mujeres que acceden a estos puestos es mayor, si ponderamos los datos se observa mayores posibilidades de acceder a los mismo si eres un hombre trabajador – Auditoría social 2023, datos del 2022.
Según los datos de REAS Euskadi, de 112 empresas y organizaciones socias (empresas con las siguientes actividades principales:
Mujeres | Hombres | No binarias | Total | % Mujeres | |
Personas trabajadoras | 2.376 | 1.022 | 1 | 3.399 | 70% |
Personas voluntarias | 2.392 | 868 | 2 | 3.262 | 73% |
Personas socias (no trabajadoras) | 10.022 | 12.351 | 6 | 22.379 | 45% |
14.790 | 14.241 | 9 | 29.040 | 51% |
También persiste (aunque mejorando) una brecha en la participación ya que los hombres trabajadores de la ESS participan, en mayor porcentaje, en la elaboración de los planes de gestión y presupuestos anuales de su organización.
Otros datos de interés que nos ayudan a mirar la situación de las mujeres y diversidades dentro de la ESS en Euskadi:
- El 71 % de los puestos de responsabilidad están ocupados por mujeres y, por segundo año consecutivo, hay más mujeres trabajadoras en puestos de responsabilidad (9,74%) que hombres (9,32%)
- El 57% de los puestos políticos (juntas directivas, consejos rectores, patronatos, …) están ocupados por mujeres. Aquí identificamos una brecha ya que hay más probabilidades de que los hombres accedan a puestos políticos que las mujeres
- El 12% de las mujeres trabajadoras y el 17% de los hombres trabajadores participan en la elaboración del plan de gestión y presupuesto anual.
- Las mujeres de la economía solidaria han cobrado un 2% más que los hombres en el 2022.
Según un estudio realizado por REAS RdR (2021), las condiciones de trabajo de las mujeres en la Economía Social y Solidaria en España son muy favorables si las comparamos con los datos de la economía hegemónica. El 64% de las trabajadoras son mujeres (43,5% en empresas convencionales). En el caso de la ESS vasca este porcentaje se incrementa hasta el 70%. Además, una serie de indicadores refleja que las entidades realizan un verdadero esfuerzo para que la ESS cree entornos laborales igualitarios y respetuosos para las mujeres (datos de Euskadi):
- Un 99% utilizan un lenguaje inclusivo
- 65% tienen protocolos para la prevención y abordaje del acoso sexual, por razón de sexo, de identidad de género o de preferencia sexual
- 83% generan espacios de atención emocional y cuidado a las personas trabajadoras
- 70% Entidades que contemplan medidas que mejoran los permisos establecidos por la ley en temas de conciliación de la vida familiar y laboral
- 63% Entidades con un reglamento interno para la mejora de las condiciones laborales
- 85% Entidades que tienen medidas activas enfocadas a la promoción de la salud
- 25% Entidades con medidas para promover que los hombres en concreto se acojan a la conciliación
- REAS Euskadi cuenta con un grupo que trabaja la propuesta feminista de la red: ekoSolFem Desde ekoSolFem se trabaja por integrar una mirada hacia la diversidad en el movimiento de la ESS, visibilizando la diversidad sexual, de orientación y de identidad, la diversidad funcional, cultura e incorporar una mirada que tenga en cuenta la superposición de desigualdades (de clase, etnia, raza, orientación sexual, diversidad funcional..) que complejizan las identidades, las condiciones de vida y las distintas (y desiguales) posiciones en el sistema socioeconómico
RIPESS Europa está adelantando actualmente una encuesta sobre participación de género, intergeneracional y de origen para establecer el balance no solo de hombres, mujeres y diversidades, sino también de jóvenes y mujeres y diversidades jóvenes, así como de personas migrantes que están en las ESS.
En Euskadi, la reducción de estas brechas entre mujeres y hombres y la mejor situación de las mujeres en la ESS es el resultado del trabajo y el compromiso de las entidades de la ESS por la construcción de lo que se ha denominado “Organizaciones Habitables”: organizaciones construidas bajo miradas no patriarcales ni productivistas. Estas organizaciones se definen por valores como la colaboración; la corresponsabilidad; la atención y el vínculo entre lo individual y lo colectivo; las formas alternativas de pensar el trabajo y los cuidados; abiertas, flexibles, diversas, democráticas; basadas en otros liderazgos; que empoderen la participación; no centradas solo en los resultados sino que se revisen y piensen críticamente en sus formas de hacer y un largo etcétera de propuestas a las que se está tratando de dotar de contenido en el día a día.
A su vez, desde RIPESS Europa también se ha estado trabajando en el último año en lo que se denomina la “cultura organizativa”. Como se explicó anteriormente y dada la influencia patriarcal en la sociedad actual, es muy probable que las organizaciones de ESS estén impregnadas de sus valores. Cambiar la «cultura organizativa» y transformarla en un entorno feminista y verdaderamente solidario es una parte a menudo olvidada pero crucial para mantener las buenas relaciones y construir un entorno de trabajo más seguro y amable. Los valores patriarcales que se intentan abordar con esta visión son estructurales y forman parte de un entramado complejo, estando presentes en todo el sistema (desde lo político, hasta lo social, económico, cultural, etc.). Por lo tanto, no es una tarea fácil, se necesita de mucha reflexión y compromiso, teniendo en cuenta que lograr el cambio no es sólo una cuestión de voluntad, sino también de tiempo y recursos.
Desde RIPESS Europa se ha desarrollado un documento que sirve como punto de partida para construir este espacio. Este documento incluye recursos, consejos y preguntas que, a forma de guía, pueden servir para diagnosticar nuestras organizaciones. Además, también cuenta con un protocolo contra agresiones que se creó con el objetivo de construir un espacio compartido de seguridad y confianza para todas las personas que forman parte de la organización y pretende ser una herramienta de (auto)defensa individual y colectiva frente a las diferentes opresiones y/o agresiones del sistema que se manifiestan en nuestros espacios de trabajo.
Por su parte, RIPESS Europa cuenta con una Comisión permanente de Cuidados que surge como un espacio estratégico para trabajar la igualdad de género y los cuidados en la Economía Social y Solidaria, para visibilizar, dotar de contenido y priorizar las demandas y las luchas en la agenda transformadora y política de la economía solidaria. Pero también como un espacio de coordinación para compartir los trabajos que los diferentes grupos de las redes territoriales van haciendo entorno a la igualdad de género y las herramientas que se van generando para abordar temas tan complejos, pero tan necesarios, como la corresponsabilidad o la construcción de organizaciones más equitativas, más democráticas y más justas para las mujeres. Así mismo, esta comisión también es responsable de la aplicación del protocolo, y su revisión, ya que este no se entiende como un documento estático, sino como algo dinámico que se puede ir modificando y adaptando a nuestros aprendizajes.
RIPESS EU también trabaja en un proyecto con organizaciones del Este de Europa denominado “HATI-SOS” , en el que se trata el tema de los cuidados desde una perspectiva amplia, incluyendo la comunicación no violenta, la gestión del conflicto, la distribución horizontal del poder, la facilitación de asambleas etc. En definitiva, una esfera fundamental que caracteriza el mundo de la Economía Social y Solidaria. Pronto se publicará, en el marco de este proyecto, un libro que incluye una serie de talleres y actividades para trabajar en torno a estas temáticas y un manual “cookbook” con el objetivo de divulgar todos los resultados. Además en su agenda sobre género se ha establecido la urgente necesidad de activar una mirada decolonial interseccional en todas las actividades promulgadas por organizaciones de ESS del Norte Global.
OTROS IMPACTOS EN LA VIDA DE LAS MUJERES DE LA PARTICIPACIÓN EN LA ECONOMÍA SOLIDARIA
Las actividades de socialización del trabajo reproductivo realizadas por grupos de mujeres tratan no solamente de reconocer su significado económico, sino su contribución a la cohesión social y al crecimiento individual y colectivo, tanto del grupo como de la comunidad donde vive. El trabajo reproductivo organizado de forma colectiva proporciona aprendizaje, autonomía y sociabilidad. Innumerables iniciativas se han dado en diferentes contextos y momentos históricos.
En Quebec, guarderías comunitarias se suman a una serie de centros comunitarios de apoyo a las mujeres en asuntos de vivienda, inserción profesional y protección contra la violencia doméstica y sexual. (Nobre y Guerín 2012) En la XES, la Xarxa de l’economía Solidaria, una de sus entidades funciona únicamente con mujeres migradas que ha logrado dar el paso de la economía informal de los cuidados a la organización de una cooperativa de la ESS, que potencia el trabajo decente y el acceso a la protección social para sus integrantes. Según diversos análisis que desde el movimiento de la economía solidaria se han ido realizando5, las mujeres que participan en los grupos de economía solidaria valoran la posibilidad de organizar sus tiempos y la comprensión de las demás integrantes cuando en determinado momento alguna de ellas necesita disminuir su participación para cuidar de un o una familiar enferma. Pero, al mismo tiempo, relatan que otros miembros de la familia terminan por transferirles toda la responsabilidad del cuidado, pues ellas tienen la posibilidad de conciliarlo con el trabajo remunerado. Así, permanece como desafío para el conjunto de las iniciativas de economía solidaria -más allá de los grupos de mujeres- provocar y realizar otras formas de articulación entre producción y reproducción. Éste aún no se ha convertido en un criterio para evaluar el grado de solidaridad de los emprendimientos, como propone el análisis de Luiz Inácio Gaiger.
Los grupos de mujeres de la economía solidaria se constituyen también en un espacio de intermediación entre el Estado, mercado y familia. En primera instancia buscan construir, en los territorios donde se ubican, soluciones e intentos de nuevas relaciones entre mujeres y hombres. Establecen una justicia de proximidad donde el acceso a derechos se concreta en lo cotidiano de sus comunidades a través de la expresión de intereses y negociación entre quienes allí conviven. Por ejemplo, en asentamientos y redes de producción y consumo de productos agrícolas en países del Sur global, y también en alguna experiencia local, ha sido posible incluir en sus acuerdos colectivos el rechazo a la violencia doméstica, llegando a la expulsión o suspensión de los agresores.
La participación de las mujeres en grupos productivos refuerza o abre camino para su vinculación a movimientos y articulaciones sociales. Los grupos productivos reunidos en el movimiento de la economía solidaria organizan demandas al estado en torno a subsidios, marcos regulatorios, compras públicas, entre otros. Expanden la noción de ciudadanía y acceso a derechos que en nuestra sociedad aún son asociados, la mayoría de las veces, al empleo formal. Por ejemplo: las mujeres de los comedores populares de Perú reivindican del Estado un salario por su trabajo o, al menos, el pago de una pensión y prestaciones de la Seguridad Social; las cooperativas de productoras de África Occidental demandan derechos y apoyo de las municipalidades y del gobierno central más allá de un precio justo para sus productos. Los grupos de mujeres que distribuyen leche en Perú, por ejemplo, fueron muy activos en la lucha contra el tratado de libre comercio con EE. UU, que impide la compra directa y subsidiada de leche producida por comunidades campesinas.
La economía solidaria permanece en comunidades tradicionales (indígenas, campesinas…) cuando éstas organizan el trabajo y el manejo del territorio con respeto a todas y todos y a la naturaleza. Las prácticas de economía solidaria se expanden y organizan la vida en el mundo urbano en momentos de crisis y ruptura de la economía capitalista, cuando el mercado y el Estado no dan respuesta a las necesidades cotidianas de buena parte de la población. Experiencias como comedores populares, bancos del tiempo, viviendas colectivas, autogestión en fábricas recuperadas se dan en países del sur o del norte, involucrando un gran número de mujeres.
REIVINDICACIONES Y PROPUESTAS
Invitación a secundar la huelga feminista del 30 de noviembre
La plataforma del movimiento feminista de Euskal Herria “Denon bizitzak erdigunean” (La vida de todas en el centro) ha convocado una huelga general feminista para el próximo 30 de noviembre en Euskal Herria. Desde el movimiento de la ESS se lleva tiempo denunciando que la crisis socioeconómica y de cuidados que atravesamos hunde sus raíces en el actual modelo económico insostenible y frágil soportado por una cara invisibilizada de cuidados injustamente repartidos. Necesitamos un ajuste estructural para poner el sistema socioeconómico al servicio de la vida. Y aquí los cuidados pueden funcionar como política que guíe esta necesaria transición a través de dos vías:
- Una reorganización de los trabajos socialmente necesarios
- La sustitución de la lógica de lo público-privado por una lógica público-social-comunitaria
Esta crisis de cuidados nos da la posibilidad a escala planetaria de revalorizar el mundo de lo público, de los común, de lo solidario y contribuir a un nuevo modelo socioeconómico que ponga los cuidados y la sostenibilidad de la vida en el centro de todas sus decisiones y análisis. Desde REAS Euskadi -Red de Economía Alternativa y Solidaria- se han elaborado 10 propuestas y un apunte final para contribuir a la definición de una política de cuidados que ponga la vida colectiva en el centro. :«La vida en el centro: 10 propuestas para afrontar la necesaria transición del modelo de cuidados.
En los procesos de lucha de mediana duración como las huelgas prolongadas o como la movilización contra el golpe de Honduras, la participación de las mujeres en los fondos de huelga y en cocinas comunitarias resulta esencial para la persistencia, las condiciones de negociación y para el éxito mismo de las movilizaciones. Esas experiencias conforman una economía política de resistencia que debe mucho a la experiencia de las mujeres en la producción colectiva de alimentos, en la respuesta a las necesidades cotidianas de las personas en los barrios populares afectados por el desempleo o la ausencia de Estado.
En una combinación de análisis y práctica, la economía solidaria, en diálogo con la economía feminista, abre la posibilidad de superar fragmentaciones entre producción y reproducción, entre lo político y lo económico y sus prácticas se constituyen como una economía política de resistencia.
Bibliografía:
- La ESS y el reto del desarrollo sostenible, Documento de posición de la UNTFSSE, 2014
- Conferencia: Potencial y límites de la ESS, UNRISSD y OIT, 2013
- Gender and Empowerment, Bipasha Barua, 2023, Chapter 30, Encyclopedia of the Social and Solidarity Economy
- Feminist Economics, Suzanne Bergeron, Chapter 5, Encyclopedia of the Social and Solidarity Economy
- Women’s self-help groups, Christabell, Chapter 22, P.J. Encyclopedia of the Social and Solidarity Economy
- Por una recampesinización ecofeminista, superando los tres sesgos de la mirada occidental, 2013, Marta Soler-Montiel, David Perez Neira