Editorial de Georgia Bekridaki, Dock, Grecia
El movimiento de la ESS, que se está desarrollando rápidamente como una alternativa ciudadana global al capitalismo de mercado, está indudablemente arraigado localmente al tiempo que fortalece los lazos de reciprocidad y proximidad entre las personas, las culturas y la naturaleza.
Es cierto que las iniciativas de ESS se pueden encontrar en todos los continentes, donde la gente común lucha por la justicia social y crea modos alternativos de actividad económica sin explotar a las personas y los recursos. Como contrapunto al sistema actual, los actores de la ESS dan prioridad a la protección de la vida y las culturas y al empoderamiento de los grupos sociales subordinados a través de la promoción de la solidaridad democrática y la creación de espacios públicos autónomos. De Senegal a Francia y de Malasia a Canadá, las cooperativas, las comunidades, las organizaciones, lxs profesionales y lxs sympathisantes están creando redes, alianzas, reuniones y foros para elevar la voz de la diversidad real y el potencial transformador.
La intercooperación y el intercambio de conocimientos son formas poderosas de abordar los desafíos globales, como el derecho a la alimentación y la justicia alimentaria, pero hay otra razón por la cual la dimensión internacional es de gran importancia para la visión transformadora de la ESS. Este es el concepto del aspecto “plural” de la economía propuesto por Jean Louis Laville y la gran importancia del Sur Global para la formación de nuevos marcos teóricos más allá de la lógica del mercado centrado en Occidente, el crecimiento, la eficiencia y las medidas de impacto, felicidad y bienestar.
Las prácticas de ESS de América Latina, Asia y África, ocultas o sin precedentes en el discurso público europeo, destacan otras perspectivas de vida, producción y conexión. La actividad económica está arraigada en la vida social y política, la economía se organiza dentro de comunidades que dan prioridad a las necesidades de sus miembros y la protección del “Buen vivir” en Brasil, la “Pachamama” de los pueblos indígenas de los Andes o la “Teranga” en Senegal es la visión, el objetivo social, la estructura política.
Por lo tanto, la dimensión internacional de la ESS es un requisito previo para la formación de un concepto inclusivo que “no deje a nadie atrás”, lo que significa que las economías, las estructuras sociales, las iniciativas que no se ajustan a los estándares de “éxito” del mercado, los inversores o promotores, permanecen ocultos o se caracterizan como atrasados o de países “subdesarrollados” o descuidados como no económicos. La dimensión internacional de la ESS trata de recuperar principios económicos como la redistribución, la mutualidad, el hogar y el intercambio, y las diversas prácticas en todo el mundo son testimonio de ello. Nos complace compartir con ustedes nuestra valiosa experiencia del Foro Mundial de Economía Social y Solidaria 2023 en Dakar a través de un podcast y entrevistas con activistas y compañeros africanos.
Las últimas declaraciones internacionales de desarrollo de la ESS son alentadoras para todxs aquellxs que participan, a veces durante muchos años, en la búsqueda de soluciones que respondan a la emergencia climática, social y democrática, ahora validadas por organismos internacionales. No es suficiente, pero empodera.