Declaración de la Liga de Derechos Humanos (LDH), Francia
En 1977, las Naciones Unidas declararon el 8 de marzo un día de lucha por los derechos de las mujeres, y las muchas iniciativas tomadas en todo el mundo en esta ocasión dan testimonio de la historia y la determinación de las luchas de larga data de millones de mujeres. Estas movilizaciones son también un recordatorio de que, en casi todo el mundo, los derechos de las mujeres siguen enfrentándose a la persistencia de un patriarcado que no pretende renunciar a sus privilegios y múltiples desigualdades.
Así, durante casi un año, las mujeres iraníes han estado luchando contra un régimen teocrático que pretende silenciarlas y que, para hacerlo, no rehuye ninguna violencia, ningún medio coercitivo. En Afganistán, las niñas y las mujeres jóvenes están ahora excluidas de cualquier derecho a la educación, una garantía de su emancipación, y el régimen talibán tiene la intención de reducirlas a la invisibilidad total. La guerra que asola Ucrania ha demostrado, una vez más, que la violación puede ser utilizada como arma de guerra por un soldado convencido de su impunidad…
La LDH brinda todo su apoyo a las mujeres que, en todo el mundo, luchan contra todo lo que, durante siglos, las han expuesto a violencia de todo tipo, maternidad no deseada, matrimonios forzados, pobreza extrema, leyes y mentalidades que las convierten en eternas menores.
Si bien la situación de las mujeres en Francia puede parecer mejor en muchos aspectos, todavía hay áreas en las que aún queda mucho por hacer. En ausencia de una voluntad política clara y decidida, especialmente en términos de prevención, y en ausencia de recursos adecuados, la violencia sexual y de género sigue cobrándo muchas víctimas. Asimismo, hay que recordar que ninguno de los progresos realizados puede considerarse definitivamente adquirido, a fortiori si no se puede garantizar la eficacia de un derecho. Este es el caso, por ejemplo, del derecho al aborto, que se ve debilitado por las condiciones de acceso a menudo difíciles. Esto también es cierto para la igualdad profesional, a menudo prometida pero nunca lograda. Las diferencias de ingresos entre hombres y mujeres tienen un fuerte impacto en el nivel de vida de muchas mujeres, que con demasiada frecuencia están sumidas en la precariedad, y, en un momento en que se está discutiendo la reforma de las pensiones, el gobierno actual haría mejor en proponer medidas inmediatas para remediar las brechas actuales en lugar de medidas que solo empeorarán la situación de las futuras jubiladas.
Con motivo del 8 de marzo de 2023, la LDH desea reafirmar su compromiso feminista. Hace un llamamiento a toda la sociedad para que participe masivamente en las numerosas iniciativas organizadas en este día y que tienen como objetivo garantizar a todas las mujeres el derecho a la vida, la libertad, la igualdad y la dignidad.
París, 6 de marzo de 2023