Artículo de Timothée Duverger para Alternatives Economiques, 26/06/2022, Francia
La 110.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) finalizó el 11 de junio de 2022 adoptando por primera vez, en sus conclusiones, una definición universal de la economía social y solidaria (ESS). Este es un acontecimiento histórico, que es un hito esencial para avanzar hacia una revolución dentro de las Naciones Unidas.
Creada en 1919, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) proclamó ochenta años después que su “propósito fundamental (…) es que todas las mujeres y hombres deben tener acceso a un trabajo digno y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad”. El trabajo decente se ha convertido en parte del Objetivo 8 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Se basa en cuatro pilares: creación de empleo, protección social, diálogo social y derechos en el trabajo, en los que se planificó integrar las cuestiones de seguridad y salud durante esta CIT.
Creciente interés
El interés de la OIT en la ESS es de larga data, considerando la creación en 1920 de una unidad cooperativa. Sin embargo, no fue hasta 2002 que se recomendaron las cooperativas. Más recientemente, las recomendaciones de la OIT han ampliado su enfoque en la ESS y fortalecido su papel en la promoción de la transición de la economía informal a la formal en 2015 o la resiliencia después de la guerra, la guerra civil o los desastres en 2017.
Este lugar de la ESS se confirmó en 2019 con la declaración del centenario de la OIT, que lo vio como “empresas sostenibles” capaces de “generar trabajo decente, lograr un empleo pleno y productivo y mejorar los niveles de vida para todos”. La pandemia ha acelerado el reconocimiento de la ESS. En 2021, el Llamamiento Mundial a la acción para una Recuperación Centrada en las personas de la Crisis causada por la covid-19 destacó la contribución de la ESS al trabajo decente y pidió a los gobiernos que lo apoyaran, particularmente en los sectores de actividad más afectados.
Las virtudes de la ESS
En su informe preparatorio, la OIT reconoció la contribución de la ESS al trabajo decente y al desarrollo sostenible. El informe destaca su capacidad para crear puestos de trabajo en muchos sectores de actividad, como la alimentación, la vivienda, el cuidado de niños y ancianos y los servicios financieros. Las iniciativas de ESS contribuyen a la reducción de las desigualdades en las zonas rurales y, en particular, de las desigualdades de género. La ESS también parece ser un actor clave en los sistemas de protección social. Puede facilitar el acceso a un seguro colectivo o proporcionar servicios sociales, de salud o de vivienda.
Más resistente que la economía tradicional frente a la desaceleración de la actividad económica como durante la crisis financiera de 2008, la ESS no solo ha resistido mejor la pandemia, sino que también ha respondido a las necesidades sociales urgentes y ha desarrollado mecanismos de solidaridad durante la misma. Las personas más vulnerables, incluidos los refugiados, encuentran oportunidades para la inclusión social, lo que contribuye a la reducción de la pobreza y la desigualdad. La ESS también está a la vanguardia de los esfuerzos de reconstrucción, recuperación económica y cohesión social, después de desastres naturales o guerras.
La ESS también apoya las transiciones, continúa el informe, ya se refieran a la transición de la economía informal a la economía formal, la transición digital (plataforma cooperativa, servicios) o la transición ecológica (energías renovables, economía circular, alimentos sostenibles).
Estas virtudes atribuidas a la ESS no excluyen algunos puntos de vigilancia, en particular en lo que respecta a los derechos en el trabajo. Si bien la ESS puede estar obligada a promover las normas internacionales del trabajo, el informe advierte de los riesgos asociados con las “pseudocooperativas” creadas para eludir las leyes laborales.
Reconocimiento internacional
El entusiasmo por la ESS llevó a la Conferencia Internacional del Trabajo a adoptar una resolución y conclusiones. Después de la pandemia, las organizaciones internacionales están haciendo de la ESS una prioridad para construir una economía más resiliente, capaz de resistir las crisis y proporcionar soluciones a los problemas sociales y ambientales.
Es histórico, por primera vez la ESS se beneficia de una definición universal. Se caracteriza, en primer lugar, según un enfoque normativo, por sus principios: interés colectivo y/o general, cooperación voluntaria y ayuda mutua, gobernanza democrática y/o participativa, autonomía, independencia, primacía del fin humano y social sobre el capital. Esta definición se complementa con un enfoque jurídico-institucional que integra en su ámbito de aplicación a cooperativas, mutualidades, asociaciones, fundaciones, empresas sociales, grupos de autoayuda y cualquier entidad que opere de acuerdo con sus principios.
La OIT reconoce plenamente la “contribución de la economía social y solidaria al trabajo decente, las economías inclusivas y sostenibles, la justicia social, el desarrollo sostenible y la mejora de los niveles de vida para todos”. Prevé la creación de un observatorio internacional responsable de desarrollar el conocimiento estadístico de la ESS, antes de la implementación de políticas nacionales específicas, para lo cual hace un llamamiento a los gobiernos. El reto consiste, en efecto, en difundir la ESS por todo el mundo mediante la creación de un entorno jurídico favorable, su integración en las estrategias de recuperación y empleo y su acceso a la financiación, los mercados, las tecnologías, las infraestructuras o la contratación pública. Más que una moda pasajera, estamos presenciando un movimiento a gran escala, con la adopción de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el mismo día. una recomendación sobre la ESS y la innovación social, que también tiene por objeto el desarrollo de políticas de ESS por parte de sus Estados miembros. El desarrollo de la ESS se está convirtiendo así en un problema global en la era post-Covid, este nuevo reconocimiento viene a dar credibilidad al proyecto de convertirla en el estándar deseable de la economía del mañana.