La Chapelle Gaceline, una comuna rural en Morbihan (Bretaña, Francia) ha estado construyendo una identidad estrechamente vinculada al caballo cada vez más marcada desde 2009. Comenzó con la llegada de Nayak, el primer caballo territorial, luego la instalación de un teatro ecuestre y una talabartería en la comuna.
Después de una visita en 2008, a Saint Pierre sur Dives en Normandía, donde el transporte escolar se realiza diariamente en carruaje con un caballo de tiro dirigido por 2 empleados municipales, Nayak, un cabello de tiro bretón comenzó a transportar a lxs niñxs diariamente de la escuela a la cantina.
Las misiones de Nayak se han expandido a regar macetas y florecer la ciudad, transportando plantas para ser trituradas y así transformadas en mantillo, luego un proyecto para barrer el centro de la ciudad con un prototipo de barredora tirada por caballos, pero también participación en eventos locales: Festival de las flores de La Gacilly, Folles Journées, Equi-cités, así como el transporte de los novios durante las ceremonias o la entrega de pliegues y boletines municipales. (resumen de La Chapelle Gaceline, petite cité d’équidés).
En su Asamblea General en diciembre de 2022, las Naciones Unidas redactaron un informe sobre Desarrollo Agrícola, Seguridad Alimentaria y Nutrición. Menciona el papel beneficioso de los animales de trabajo, incluidos caballos y burros, para el planeta. Todavía utilizados en muchas partes del mundo, están haciendo una tímida reaparición en Europa. (ver Animaux de travail, atouts pour une planète durable selon l’ONU)
Algunas iniciativas de transporte escolar tirado por caballos no esperaron a que la ONU optara por una movilidad muy simpática: la ciudad de Ungensheim cerca de Mulhouse (Francia), un verdadero modelo en términos de transición ecológica (ver video: Ungersheim, un défi écologique. Pero también, varias ciudades en el norte de Francia, como Bachy, cerca de la frontera belga, varios otros municipios en Bretaña, como Hennebont, o Vendargues, en los suburbios de Montpelllier.
Un estudio muestra que de 1995 a 2021, el número de comunidades que utilizan el trabajo humano-equino aumentó casi 20 veces. Más allá de los objetivos de movilidad libre de carbono, también se trata de salvar a los caballos de tiro, que habían perdido su utilidad en nuestras ciudades y especialmente en las zonas rurales. Otras oportunidades también incluyen recolección de basura, derrapes, limpieza de playas, etc.