Por Nora Inwinkl / Solidarius Italia
Del 3 al 7 de junio se celebró en Turín la 10ª edición de la Academia de Economía Social y Solidaria de la Organización Internacional del Trabajo. Fue coorganizada por la Organización Internacional del Trabajo, que este año celebra su primer siglo de existencia. Mirando al futuro del trabajo, fue una oportunidad para que las personas interesadas o ya comprometidas en la promoción de la ESS en todo el mundo, incluidos lxs responsables de la formulación de políticas, las personas de terreno, los investigadores, los representantes de los trabajadores y las organizaciones de empleadores, intercambiaran opiniones sobre la necesidad de incidir en la economía a través de la ESS desde una perspectiva sostenible. Participaron más de 100 personas de todo el mundo (excepto Oceanía), con sus diferentes conocimientos, tradiciones, culturas, marcos y necesidades. Gracias a un acuerdo con los organizadores, cuatro miembros de la red RIPESS Europa de Portugal, Grecia e Italia pudieron asistir, así como Beatrice Alain (Chantier de l’Economie sociale, Quebec) y Jason Nardi (coordinador de RIPESS), entre los oradores invitados.
El núcleo de la Academia reflejaba nuestra situación laboral y de mercado, centrándose en los retos a los que nos enfrentamos en varios campos: economía, tecnología, medio ambiente, cambio climático, democracia, participación y otros. A pesar de la diversidad de los participantes, tanto en términos de origen como de orientación profesional, todos coincidieron en un punto específico y esencial: el sistema en el que vivimos no es sostenible en absoluto y las soluciones promovidas por los distintos gobiernos y los principales actores no son relevantes. Por esta razón, la Academia planteó varios temas importantes que comprenden diferentes formas de empresas y/u organizaciones de la ESS (SSEEOs – Social and Solidarity Economy Enterprises and Organisations), el marco legal existente o que podría ser promovido en los diferentes países tanto a nivel local como nacional, los mecanismos y herramientas financieras, y muchos otros.
El informe titulado “Trabajar para un futuro mejor”, elaborado por la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, sirvió para ilustrar el modelo de trabajo preconizado. Se trata de una “agenda centrada en el ser humano para el futuro del trabajo que refuerza el contrato social al situar a las personas y el trabajo que realizan en el centro de la política económica y social y de las prácticas empresariales”.
Es importante pasar de la escala local y, en particular, de la experiencia y las prácticas locales, destacando las especificidades de cada territorio. Durante estos cinco días, muchos profesionales presentaron sus iniciativas y sus experiencias, compartiendo conocimientos y diferentes formas de innovación y recibiendo varios comentarios y sugerencias. Diferentes experiencias desarrolladas en diferentes territorios, pero todas guiadas desde valores y principios similares, los del paradigma de la ESS, potenciados en contraste con el neoliberal.
La importancia de las “prácticas” ha sido destacada junto con los campos de estudio, organizados durante la segunda jornada en las ciudades de Turín, Ivrea y Cuneo. Dio la oportunidad a los participantes de descubrir la implementación de la ESS a través de experiencias virtuosas.
Todavía queda mucho camino por recorrer y probablemente una de las cosas que hay que mejorar es la construcción de un vocabulario común y un marco común para implementar y desarrollar la ESS de manera transversal y transectorial. Es importante trabajar en ambas direcciones: de abajo hacia arriba, implementando y apoyando las iniciativas locales, y de arriba hacia abajo, trabajando con las autoridades locales y nacionales en la promoción de las leyes y políticas de ESS. Por lo tanto, como dijo un participante durante la sesión plenaria de clausura, necesitamos trabajar sobre la “ESS en todas las políticas”.