Compartimos dos artículos que describen la ferocidad con la que las movilizaciones “El convoy de agua – Sainte-Soline–Orléans–París”, en defensa del agua y la tierra contra las megacuencas, se han reunido en marzo de 2021, jóvenes rebeldes, habitantes comprometidos con la defensa de sus territorios y campesinos publicaron el “Llamamiento de los levantamientos de la tierra”.
Reclamó la necesidad imperiosa de tres gestos. El primero, “tirar del freno de emergencia” y desmantelar las industrias tóxicas que destruyen la tierra. La tierra tanto en su sentido agrícola como en aquello que la entiende como el hogar de la vida, su condición de posibilidad, como Gaia. El segundo, reapropiarse de dicha tierra para convertirla en un común que haga posible la defensa del campesinado y su expansión. Y la tercera, ocupar los lugares de decisión en los que en la próxima década se decidirá el destino de la tierra que la desaparición de las fincas dejará a merced del agronegocio y los especuladores.
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Sindicalistas campesinos de la Confédération Paysanne, militantes autónomos, naturalistas combativos, feministas, jóvenes del movimiento climático, defensores del territorio… Todxs ellxs se han ido reuniendo mes tras mes, siendo testigos de un aumento exponencial de su poder y apoyo. Si en las primeras acciones de 2021 los levantamientos atrajeron a unos pocos cientos de personas, en 2022 su número aumentó hasta acercarse a miles, catapultándose a las decenas de miles que participaron en la batalla de Sainte-Soline.
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El 25 de marzo, 30.000 personas se reúnen en el distrito rural francés de Sainte-Soline bajo la bandera de los Soulèvements de la terre (levantamientos de la tierra, diríamos en español). Columnas de manifestantes llenas de niñxs, coloridos animales totémicos, fanfarrias, máscaras antigás y escudos chocan de frente con una línea policial que defiende con profusión de armas… el vacío.
Para más información Sobre el ataque a los ‘levantamientos de la tierra’ en Francia
Adrián Almazán Gómez
El Gobierno de Macron inicia una ofensiva legal contra el movimiento ciudadano que reúne ya a más de 100.000 personas
Agosto 18 – 27 – El convoy de agua – Sainte-Soline–Orléans–París
Llama a las mega-tracto-bicicletas contra las mega-cuencas. Para compartir agua y tierra
La sequía está aquí y no se tomará vacaciones este verano. Y, sin embargo, el gobierno afirma laminar Sainte-Soline y tal vez incluso comenzar nuevos proyectos de cuenca en el otoño en Deux-Sèvres, Charente y Vendée.
Macron pide una “pausa” en las medidas ecológicas y apoya las políticas agroindustriales que drenan las llanuras. Reinicia la construcción de cuencas de nieve, que vacían las láminas de montaña, y aumenta aún más la artificialización de los suelos que hace que el agua se escape de la tierra …
Mientras el movimiento contra las megacuencas y en defensa del agua sigue creciendo en fuerza, el gobierno francés intentó sofocarlo con una represión de asombrosa brutalidad el 25 de marzo. Las 5.000 granadas lanzadas en 2 horas contra 30.000 manifestantes, para defender los intereses de algunos de los lobbies más dañinos para el clima en el país, permanecerán grabadas en la memoria colectiva. Pusieron al descubierto lo que Macron tiene para ofrecernos en términos de ecología y provocaron una oleada de solidaridad internacional.