Por Mariusz Masłosz, Polonia

Lxs jóvenes polacxs están involucradxs en el tema de la justicia social. Lxs jóvenes cada vez más activxs organizan eventos para mostrar a los responsables de la toma de decisiones que no son indiferentes a este tema. A pesar de las muchas ocupaciones a las que se enfrentan, no se rinden acudiendo a sucesivas protestas en defensa de los valores que consideran más importantes. Las acciones de lxs jóvenes están empezando a tener efecto.

Uno de los movimientos juveniles más reconocibles en Polonia es la Youth Climate Strike (grupo nacional polaco de Fridays For Future), del que yo mismo formo parte. Una de nuestras demandas es una transformación de la economía. Vemos que el sistema económico actual basado en el crecimiento exponencial ilimitado nos está llevando al desastre, por lo que queremos cambiarlo por uno que sea más amigable con la sociedad, y a través de esto también con el clima y la biodiversidad global. Fuimos de lxs primerxs en hablar sobre la interseccionalidad del cambio climático: afecta básicamente a todas las relaciones que existen en la Tierra y (en mayor o menor medida) dependen de ellas. Muchas acciones atribuidas a los individuos son, de hecho, los efectos del sistema tóxico en el que vivimos.

La economía social y solidaria puede implementarse en varios niveles. Ya a escala local, están surgiendo muchas grandes iniciativas, como el Sharehouse, que está diseñado para intercambiar bienes entre miembros de las comunidades locales. También se están creando cooperativas de energías renovables, como en la urbanización Wrocław Południe, así como jardines comunitarios. También se habla cada vez más de compartir a nivel central.

Lxs jóvenes se oponen muy a menudo al modelo neoliberal de economía de mercado. Sus valores son el bienestar de lxs demás y el medio ambiente, no la búsqueda despiadada de ganancias, por lo tanto, están buscando alternativas que lo hagan posible. Una solución es la economía social y solidaria, a menudo sin nombre, pero que funciona en la conciencia de lxs jóvenes en Polonia. El freeganismo se está volviendo cada vez más popular, lo que resulta en la creación de refrigeradores sociales. Lxs jóvenes (incluso aquellxs con una buena situación financiera) a menudo tampoco quieren comprar cosas nuevas, prefiriendo intercambiar cosas usadas. Mucha gente compra su ropa en tiendas de segunda mano o participa en los llamados intercambios de ropa, y los grupos sobre el intercambio de cosas innecesarias también son populares. Una motivación es el deseo de oponerse a las grandes corporaciones que dirigen el mundo, mientras que otra es simplemente apoyar a la comunidad local. Esto demuestra que la economía social y solidaria puede llegar a prácticamente todas las personas, siempre que los argumentos sean relevantes para sus creencias.