Por Josette Combes
La reunión preparatoria del FSMET se celebró en Barcelona los días 5, 6 y 7 de abril de 2019. Reunió a más de 300 personas de todo el mundo, más de la mitad de las cuales procedían naturalmente de Cataluña y España. Para los miembros internacionales de RIPESS de África, América Latina, América del Norte, Asia y más de Europa (18 países representados), esta reunión fue una excelente oportunidad para compartir sus experiencias con personas que trabajan en otras partes del mundo y en campos muy diversos. Estuvieron presentes representantes de estructuras dedicadas al desarrollo de los municipios, la defensa de la agroecología, la promoción del ecofeminismo, la vivienda ecológica, las monedas sociales y las finanzas éticas, la educación popular, los medios alternativos y, por supuesto, las redes de economía social y solidaria.
El lugar era adecuado para esta reunión. La Universidad del Aula Magna de Barcelona ofrecía salas adecuadas y, sobre todo, un espacio al aire libre propicio para los intercambios informales durante las comidas. La animación de los numerosos talleres era muy estructurada y, al mismo tiempo, a veces demasiado vaga. Los participantes consideraron a veces que lo que se proponía para la reflexión preformateaba demasiado el curso de los debates. Hay que reconocer que la ambición de la reunión exigía que se planificara. Todo esto daba la impresión de tener un potencial prometedor, pero que carecía del espacio y el tiempo necesarios para desplegarlo aún más.
Este ensayo es un buen augurio para una serie de ricas interacciones, pero también muestra las dificultades para establecer las convergencias que son esenciales para asegurar un futuro para las especies que viven en el planeta, una parte cada vez más importante de las cuales está amenazada de extinción, y en última instancia para la propia especie humana. Si bien una cierta conciencia está empezando a crecer, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, es urgente reunir todas las energías para cambiar los paradigmas económicos actuales de una loca carrera por el beneficio hacia una gestión racional de los recursos y hacia un mejor equilibrio social y ecológico. Todos los parámetros mencionados anteriormente permitirán este cambio de dirección fundamental.
Todas estas dimensiones,trabajadas por grupos en una forma con demasiada frecuencia considerada marginal o experimental, se presentan todavía como fragmentadas. Juntos, forman un enfoque holístico coherente en el que cada parte puede considerarse a sí misma como un actor legítimo. No se trata sólo de luchar contra, sino también de proponer acciones concretas, actuales y eficaces, capaces, a través de su manifestación, de atraer el apoyo de una mayor masa de personas que se convertirán a su vez en actores del cambio. Finalmente, estos encuentros, al brindar una oportunidad para el intercambio de conocimientos y experiencias, contribuyen a fortalecer la determinación de los activistas de todas estas redes y en un contexto en el que las amenazas de los gobiernos autoritarios van en aumento, este último punto está lejos de ser superfluo.
Para lograr su objetivo, el FSMET debe adoptar un enfoque más “intercultural” que articule mejor las redes que estaban presentes esta primavera en Barcelona, para que todxs lxs que lo han visitado se sientan realmente empoderadxs.