Por Judith Hitchman, Urgenci International Network/RIPESS Intercontinental
Tras el éxito de la International Labour Conference (ILC) 110 de 2022 sobre Economía Social y Solidaria, y la aprobación de la Resolución de la ONU A/RES/77/281 en apoyo de la economía social y solidaria como un medio significativo para trabajar hacia la sostenibilidad y la justicia social, económica y ambiental, el tema de la ILC de este año aborda el de la Economía Social y Solidaria y la Seguridad Social.
Este breve documento invita a la ILC a considerar también un aspecto específico de este tema, el del Derecho a la Alimentación, la justicia alimentaria y los respectivos roles de la sociedad civil organizada, los sindicatos y el gobierno (con especial énfasis en el gobierno local).
La situación global actual es la de una crisis cuádruple: Covid-19, conflictos, clima y costo de vida. Todo esto está interrelacionado y está agravando seriamente las desigualdades existentes en nuestras sociedades. Muchos empleos perdidos durante la pandemia de Covid-19 no se han vuelto a crear, y muchos más en todo el mundo han sido empujados a la economía informal o empleos peor pagados. Esta es la realidad detrás de las estadísticas de empleo “mejoradas”. Es inaceptable e inviable en términos de dignidad humana o justicia que muchxs trabajadorxs ahora tengan que asumir 2 o incluso 3 trabajos diferentes solo para poder pagar el alquiler. Hay un aumento de refugiadxs, desplazadxs internox y muchxs más que caen por debajo del umbral de pobreza.
La ESS es un medio poderoso para abordar muchas soluciones diferentes, ya que relocaliza una economía más sostenible y centrada en el ser humano. Puede cubrir todos los diferentes aspectos de la sociedad, y si se une a través de políticas y legislación, realmente puede proporcionar algo de luz al final del túnel. Puede cubrir las necesidades de todas las sociedades, incluida la gestión comunitaria de las tierras; monedas y finanzas comunitarias, y banca; producción y gestión de energía comunitaria; atención comunitaria y gestión de la salud; gestión comunitaria del agua y remunicipalización; sistemas de transporte gestionados por la comunidad; sistemas comunitarios de educación y apoyo; centros y actividades culturales y artísticas comunitarias y radios comunitarias y medios alternativos. Es solo reuniendo estas diversas dimensiones que la ESS puede ser verdaderamente promulgada como una creadora de cambio de paradigma. A continuación se muestra nuestra descripción visual del círculo vicioso actual de la economía informal (Hitchman, 2022)
Esto puede convertirse en un círculo virtuoso a través de una política de ESS bien adaptada, con un énfasis particular en la seguridad social en general, y más específicamente aquí en la introducción de una red de seguridad alimentaria (Hitchman 2022).
Si bien la idea de una red de seguridad alimentaria / seguridad social alimentaria puede parecer muy innovadora y desafiante, es importante tener en cuenta que es algo que ha existido durante 20 años. Originalmente fue pionera en Brasil como la Bolsa Fome Zero (https://en.wikipedia.org/wiki/Fome_Zero). Este programa fue implementado por el gobierno de Lula en 2003 y tuvo impactos significativos en el hambre, el retraso en el crecimiento de lxs niñxs, la asistencia escolar y el trabajo infantil; Fue implementado por Graziano Da Silva (https://en.wikipedia.org/wiki/Fome_Zero). Graziano más tarde se convirtió en Director de la FAO, donde también apoyó la implicación de los movimientos sociales en la formulación de políticas y soluciones de abajo hacia arriba. Su libro es un homenaje a cómo se implementó el programa.(2)
Las múltiples crisis actuales han agravado gravemente la situación del hambre en el mundo. Según el Global Crisis Report publicado el 3 de mayo de 2023, se estima que alrededor de 258 millones de personas en 58 países y territorios con crisis alimentaria enfrentaron altos niveles de inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 de la CIF o superior o equivalente) y necesitaron asistencia alimentaria urgente en 2022. Las cifras para aquellxs que sufren de desnutrición y hambre en los países desarrollados también están aumentando rápidamente, y son más difusas y difíciles de evaluar, pero según lxs que ahora usan bancos de alimentos en países como el Reino Unido y Francia, probablemente ahora esté cerca del 20% de la población. Muchas personas han tenido que tomar decisiones crueles sobre si calentar sus hogares o comprar alimentos. La calidad de los alimentos que las familias están comprando también es considerablemente más baja que antes de la guerra en Ucrania: hay un porcentaje mucho mayor de personas que están comprando alimentos industriales preparados baratos en lugar de alimentos agroecológicos / orgánicos saludables. Muchas cooperativas orgánicas y otras tiendas orgánicas en toda Europa han cerrado. El impacto de esta disminución de la calidad pronto pasará factura en términos de problemas de salud, ya que reemplazar los alimentos nutritivos con meras calorías da como resultado tasas mucho más altas de obesidad y enfermedades no transmisibles (ENT). Y la mayoría de los bancos de alimentos ahora están controlados por las corporaciones y proporcionan alimentos preparados industrialmente, lo que también conduce a resultados negativos para la salud.
En Francia, MIRAMAP, una de las redes francesas de agricultura apoyada por la comunidad y miembro de URGENCI, la red global de Agricultura Apoyada por la Comunidad y Asociaciones de Solidaridad Local para la Agroecología, ha estado trabajando arduamente para establecer diferentes maneras de movilizar distintos aspectos de la economía solidaria en el marco de la agroecologia y lograr cambios en la agriucltura tanto en las metodologías como e las prácticas.
Urgenci en nuestro informe post-Covid-19, https://urgenci.net/enacting-resilience-the-response-of-lspa-to-the-covid-19-crisis/ pidió la creación e implementación de una red de seguridad alimentaria como parte de nuestro punto de acción.Varias ciudades de Francia han comenzado a implementar una red de seguridad alimentaria (Montpellier, Lyon…) (1). Esto debe hacerse en estrecha colaboración con el gobierno local, y puede tomar la forma de una tarjeta de recarga con 150 € (por ejemplo) o moneda local de crédito mensual; Puede haber condicionalidades, como estipular que este dinero se gaste en alimentos agroecológicos locales de los productores, ya sea en mercados de agricultores o supermercados cooperativos.
Este enfoque y un llamamiento más amplio a favor de una red de seguridad alimentaria/seguridad social podrían y deberían formar parte de la resolución de la OIT, ya que también es una forma concreta de implementación de la Economía Social y Solidaria y un medio para alcanzar los ODS 1 y 2.
Nota:
(1) Vea nuestro boletín de mayo de 2023, Seguridad Social para los alimentos?
(2) Vea también el libro de Euclides Mance : Fome Zero e Economia Solidária: o desenvolvimento sustentável e a transformação estrutural do Brasil