El vaso medio lleno o medio vacío : será la economía social la grande perdedora de la innovación social?
Los 27 y 28 de noviembre 2017, la Comisión europea organizó en Lisboa, con el gobierno portugués y la Fundación Calouste Gulbenkian, una conferencia sobre innovación social. Destinada, como lo quiso el comisario europeo para la investigación y la innovación, a ser el lanzamiento de una toma en cuenta del tema, entre otros para preparar el próximo mandato y las elecciones de 2019 (anunciado como tal por el comisario y por Junker que se expresó en un mensaje video muy voluntarista), esta conferencia reunió a empresarios sociales, a representantes de la sociedad civil, decisores políticos, a innovadores e inversionistas (más de 1000 personas).
Si uno puede sin duda felicitarse que esté presente en la agenda de la Comisión el tópico de la innovación social al cual se refieren cada vez más instituciones (la OCDE, UE), uno puede, viendo lo que ocurre en estas jornadas, plantearse preguntas, e incluso lamentar el enfoque que subraya esta noción.
Las motivaciones de este nuevo enfoque están bastante claras : las intervenciones políticas de la mañana (el presidente Juncker por video, el primer ministro portugués, el comisario europeo para la investigación y la innovación y el presidente de la república portugués para la clausura de la primera jornada) han todas mostrado la grande ruptura entre los decisores políticos y los ciudadanos, la desconfianza, e incluso la suspicacia que se han instalado y la urgencia de volver a poner al usuario en el corazón de las políticas públicas. El Brexit y el aumento de los populismos antieuropeos pasaron por allí….Se vuelve a descubrir que las políticas públicas tienen como misión de transformar la vida de la gente… esto es sin duda una buena noticia. Los vínculos con el pilar de los derechos sociales y la conferencia de Goteborg fueron ampliamente evocadas también y hubo una expresión muy clara, entre otros de Juncker, sobre la importancia que desea dar a este último antes del final de su mandato y los próximos plazos electorales de 2019. Todo aquello va indiscutiblemente en el buen sentido.
Sin embargo, la presentación de numerosos ejemplos y las mesas redondas, así como los talleres después, llaman la atención de cierta manera sobre el enfoque elegido. Todos los ejemplos evocados, así como las discusiones, hablaron directamente de los servicios proporcionados, sobre las nuevas formas de hacer, el impacto o el uso de la tecnología digital pero si uno mira de un poco más cerca, se puede constatar primero que no se trata verdaderamente de cambiar de software económico. Varias señales que no engañan … primero, se habla realmente de un pilar de los derechos sociales, a lado de políticas económicas, no de los vínculos evidentes entre los unos y los otros….
Luego uno observa las preguntas planteadas en torno a los ejemplos, como las discusiones tratan principalmente sobre las vías y las herramientas de financiación, sobre las medidas de impactos, más que sobre los procesos que volverían a conectar lo económico y lo social.
Como si las dos preguntas claves o las instrucciones en torno a la innovación social eran en el fondo : cómo favorecer la inversión y el capital inicial sobre los desafíos sociales? Y por ende, cómo aumentar la rentabilidad de esos? Y es allí que interviene con insistencia la idea de medidas de impactos, con tanta insistencia que de recurrencia que los social impacts bonds.
En cambio, la palabra misma de social economy, e incluso de social business, no se pronuncia jamás; incluso cuando los ejemplos propuestos lo son por actores que se reivindican de la economía social (cooperativas, etc.), es como si se evitara cuidadosamente de discutir de estos estatutos y por ende del derecho que favorece la reconexión entre lo social y lo económico.
Varios paneles de ejemplos confirman este sentimiento que hubiera podido ser una simple impresión errada, los proyectos con un enfoque de meras soluciones, muy charity business, se siguen y se parecen… más allá de esta visión global y de la percepción clara de los límites de la visión economicista utilitarista al más alto nivel (discursos políticos voluntaristas y ejemplo muy interesante de la implementación por el gobierno portugués) – la necesidad de descompartimentación de las políticas públicas y las nuevas formas de hacer, el diseño de las políticas están puesto adelante, se habla a veces de la co-construcción (por ejemplo, en el testimonio de el alcalde de Paris Anne.Hidalgo sobre los presupuestos participativos en esta ciudad)
Por Patricia Andriot, Vice-Presidente del RTES