Artículo de Reas, Red de redes, España

¿Cuál es el perfil de las mujeres emprendedoras y empresarias de la ESS? Con esta pregunta de fondo, REAS realiza una investigación cuyo informe hace público con motivo del 8M para alimentar el debate sobre medidas y acciones en pro de la equidad de género.

Con la pretensión de conocer a fondo cuál es el marco competencial de estas mujeres, sus aportes y las nuevas formas de liderazgo que protagonizan REAS Red de Redes publica el estudio “Las mujeres en la Economía Social y Solidaria. Perfil de competencias y necesidades de formación para incrementar y visibilizar su liderazgo”, para identificar aquellas competencias en las que las mujeres tienen mayores márgenes de aprendizaje y mejora, y aquellas que requieren visibilidad, promoción e impulso para lograr un estilo de liderazgo propio.

Como principales claves del estudio, financiado por la Fundae, podemos destacar los siguientes mensajes:

  1. DISEÑO DEL PERFIL COMPETENCIAL DE MUJER DE LA ESS: Si bien para los propósitos de este estudio ha sido necesario y factible dibujar el perfil de competencias más común de la mujer que emprende, trabaja, colabora o lidera empresas de la Economía Social y Solidaria, no hay que olvidar que el entorno cuenta con cierta variedad en ese aspecto, un reto que el estudio ha intentado abordar combinando diferentes puntos de vista.
  2. DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS “BLANDAS”: Aunque generalmente las mujeres de la ESS creen ser competentes en términos de habilidades y actitudes “blandas”, se percibe su evidente afán por trabajarlas y reforzarlas. El estudio confirma que fortalecer las competencias interpersonales, emocionales y cognitivas de las personas se considera importante para potenciar y transformar el ecosistema laboral de la ESS.
  3. DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS “DURAS”: El perfeccionamiento de competencias “duras” sigue siendo relevante para el desarrollo de la ESS, no obstante las acciones formativas dirigidas a fortalecerlas tienen que ajustarse a las características de este singular entorno. Solamente tiene cabida un enfoque que esté de acuerdo con los valores y principios de la ESS, que entienda los fines que persigue y que se adapte a sus singularidades. Además, es necesario encontrarlas fórmulas para incentivar el interés en las áreas no vocacionales.
  4.  EL ENTORNO Y SU CLIMA LABORAL: La ESS envuelve a las mujeres con condiciones laborales significativamente más igualitarias y un clima laboral mucho más considerado y respetuoso que lo hace la economía convencional. Sin embargo, al ser un entorno autorreflexivo y autocrítico, reconoce que existe un margen de mejora.
  5. DIVERSIDAD: La incorporación de la diversidad socioeconómica y cultural en sus estructuras es uno de los retos del entorno laboral de la ESS más prioritarios. Resolverlo puede traer grandes beneficios para el sector, tales como, diversificar la oferta de sus productos y servicios, cerrar la cadena de producción internamente, incorporar nuevos perfiles competenciales e innovar
  6. EQUIDAD: Siendo la equidad uno de sus principales valores, el ecosistema de la ESS debe esforzarse para que el entorno laboral que instituye ofrezca a sus partícipes oportunidades justas. Para ello, es necesario fomentar la coexistencia más proporcionada y consonancia de diferentes estilos de liderazgo, visibilizando las cualidades del liderazgo femenino, fortaleciendo las competencias a través de la formación, implementando estrategias específicas y transformándose desde sus estructuras.
  7. ESTILO DE LIDERAZGO FEMENINO: Las mujeres tienen su propio estilo de liderazgo: cooperan, cuidan, democratizan y humanizan los procesos. Simultáneamente, cierran los círculos atendiendo los aspectos empresariales cuya importancia reconocen y gestionando situaciones complejas si se precisa. Todo ello siempre acorde con los principios de la ESS, los que nunca pierden de vista, siempre buscando el punto de equilibrio entre los valores y los aspectos empresariales. El liderazgo femenino no tiene entre sus objetivos prioritarios la visibilidad, por lo que frecuentemente permanece en la sombra.
  8. BENEFICIOS DE LA IGUALDAD: Potenciar no sólo el liderazgo femenino en sí, sino también la replicación de su estilo entre otras identidades de género puede traer muchos beneficios a las organizaciones. Esto se puede lograr tratando el tema de manera holística, diseñando formaciones que directa e indirectamente contribuyan a cubrir esta necesidad.
  9. RETOS DE LA FORMACIÓN: La formación debe encontrar las fórmulas para incrustarse en el trabajo de día a día de las personas, para ofrecer acompañamiento basado en continuidad y resolución de problemas reales, para que los conocimientos apliquen en la práctica, para proponer contenido hecho a medida y formatos no obsoletos, además de generar nuevos espacios para fomentar la adquisición de las competencias. Los formadores tienen que entender los principios de la ESS y los contenidos tienen que ajustarse a estos valores.
  10. FORMACIÓN TRANSVERSAL: Además de fortalecer las competencias de las mujeres, para una mayor igualdad de género, también los hombres deben formarse. A parte de adquirir las competencias características del estilo de liderazgo femenino, deben fortalecer las actitudes que apoyen lograr una mayor visibilidad de la labor de las mujeres; fomentar de forma proactiva y deliberada su participación.

 

Invitamos a consultar el resto del informe desde el convencimiento de que la singularidad competencial de la mujer puede suponer un recurso competitivo importante en el proceso emprendedor, y en general, del modelo económico actual, incorporando y potenciando nuevas formas de liderazgo que fomenten la equidad de género y otras formas más sociales y sostenibles de hacer empresa.