En Francia, a medida que el gobierno se prepara para completar el desmantelamiento de los servicios públicos, del ferrocarril a la universidad, se organizan movilizaciones y resistencias. Este editorial llama a tener en cuenta, además de estas movilizaciones, las diferentes formas de rebelión, pero también las iniciativas que llevan a otro «mundo posible». El movimiento social actual reaviva la sensación de resistencia a las leyes del mercado y la especulación financiera, recrea las revueltas del pasado y redescubre la verdadera esencia de la democracia real. La experiencia de la ZAD es elocuente a este respecto, el estado ejerce el «monopolio de la violencia legítima» contra una gestión colectiva de los comunes, cuya misma idea es inaceptable por el orden existente. En la SNCF (ferrocarril), en el entorno hospitalario, en múltiples empresas, la idea es avanzar para recuperar las herramientas de producción, de empoderarse con respeto a su trabajo, sus habilidades y sus esfuerzos para actuar en función de la utilidad social de éstos. Una variedad de iniciativas, arraigadas en la economía solidaria, contribuyen a la apertura de nuevas formas de transformación social.

Lea el artículo completo – llamado aquí (en francés – Liberación).

(firmado por: Michèle Riot-Sarcey, historiadora, Francis Sitel, codirector de la revista Contretemps, Jean-Louis Laville, socio-economista del colectivo Critique y miembro del consejo asesor de RIPESS Europa; Lionel Maurel, autor del blog SILex, Jean Claude Boual, Collectif des associations citoyennes, Patricia Coler, Mouvement pour l’économie solidaire, Claude Sicard, activista, Laura Aufrère, miembro del Comité de Coordinación de RIPESS Europa).