En 2021, Ripess Europe celebra su décimo aniversario.
En el marco de esta celebración, y para rendir homenaje a la red y a sus miembros en particular, Ripess Europe realizará entrevistas, a lo largo del año, con las personas que le han dado vida desde su creación. Síganos en este recorrido europeo por los miembros de la red.
En esta ocasión, tenemos una cita con Karl Birkhölzer, de Technet (Berlín, Alemania), miembro de Ripess Europe desde el principio…

Hola Karl, ¿puede hablarnos un poco más de usted y de su organización?

Mi nombre es Karl Birkhölzer, soy uno de los fundadores de TechNet cuando todo empezó en 1987 y todavía -aunque retirado de la participación activa- soy miembro del consejo de administración de TechNet, una empresa social para la investigación, promoción, educación y apoyo práctico en el campo de las cuestiones de economía social local. En los últimos años me he dedicado principalmente a estudiar la historia y la diversidad de las empresas sociales en Alemania, Europa y otros países; las últimas publicaciones se pueden encontrar en www.socioeco.org.

¿Qué significa para usted ser miembro de Ripess Eu?

Soy miembro de RIPESS Europa desde el principio, pero antes también participé activamente en el proceso de preparación de la cooperación con otros miembros del grupo intercontinental RIPESS (como Yvon Poirier y otros) desde su gran conferencia internacional en Quebec, Canadá. Como presidente de la antigua Red Europea de Autoayuda Económica y Desarrollo Local (1992 – 2006), estaba convencido de la necesidad de la cooperación internacional y del intercambio de experiencias, para aprender unos de otros y promover la necesidad de la transformación económica hacia un futuro más social y ecológico. La creación de redes internacionales también fue muy útil para desarrollar y fomentar nuestras redes locales y para establecer empresas sociales sostenibles. Por lo tanto, las redes de este tipo, son una de las herramientas de desarrollo más exitosas.

¿Qué significa para usted la Economía Social y Solidaria?
Prefiero llamarla Economía Social y Solidaria, ya que destaca las principales características de una economía con fines sociales y de cooperación solidaria. Las empresas sociales se entienden como sus unidades básicas, definidas y limitadas por cuatro criterios: actividad económica con fines sociales y/o comunitarios, creadas y gestionadas por y para las necesidades de las personas, que trabajan para el beneficio social en lugar del privado, y con una constitución democrática.

En este contexto, siempre he estado convencido de que no debería haber ninguna división o contradicción entre una economía social y una economía solidaria, porque son, a mi entender, dos caras de la misma moneda. Desgraciadamente, no fue posible formar una representación europea conjunta, como yo hubiera preferido. Finalmente nos convertimos en miembros de la RIPESS, pero siempre hemos trabajado en ambos lados.

Si tuviera que elegir un recuerdo desde su integración, ¿cuál sería?

Ha habido bastantes momentos memorables entre Quebec, Atenas y la última reunión en Bérgamo, unos meses antes del estallido de la pandemia. Recuerdo, por ejemplo, una noche con música y baile en algún lugar del norte de Francia. Fue en esa misma reunión donde surgió la idea de «Repensar la economía», un proyecto que para mí sigue siendo una de las tareas más importantes para el futuro de la ESS. Desgraciadamente, por razones de edad y de salud, no he podido llevarla a cabo, y ahora, por las mismas razones, es el momento de despedirme de todos ustedes.